Manual:Avance básico sobre nieve

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Este manual sobre avance básico sobre nieve, aunque puede leerse por libre, es el 1º de una colección de manuales sobre nieve y hielo:

  1. Avance básico sobre nieve
  2. Escalada en hielo
  3. Protecciones sobre hielo
  4. Rescate en grietas
  5. El riesgo subjetivo


Elementos[editar | editar código]

Avanzar y escalar sobre la nieve es más complejo y más variable que el avance sobre la roca o sobre un camino. Cuando se avanza sobre la nieve no se debe observar tan sólo su forma exterior y su textura sino también su calidad, su consistencia, la firmeza de la superficie y la solidez que puede haber debajo de la superficie. A menos de que la temperatura sea demasiado alta, la nieve será en polvo con más del 90% de aire. Cuando esta clase de nieve ha alcanzado un considerable espesor, resulta virtualmente imposible moverse sobre o a través de ella sin un equipo especial; habrá que emplear los esquís o las raquetas de nieve. Sin embargo la consolidación de la capa más reciente suele ocurrir con bastante rapidez.

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El piolet[editar | editar código]

El piolet es una de las piezas más importantes del equipo de un alpinista.

Las partes del piolet: forma y funciones[editar | editar código]

LA CABEZA
Pico y Pala o Martillo

La cabeza de acero de todos los piolets tienen los picos curvos. Esta forma permite clavar mejor el piolet en la nieve o el hielo, consiguiendo así un agarre mejor.

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Para que un piolet sea eficaz como freno en un descenso en "remasse" sobre nieve dura, el pico debe ser capaz de marcar una huella en la nieve dura. Los piolets con un espacio muerto negativo o neutro tienen tendencia a resbalar o rastrear las superficies de hielo duro sin lograr un frenaje ideal. Los piolets con picos con un espacio muerto positivo tienen tendencia a rasgar el hielo cuando se aplica presión y son el modelo preferido.

Son muy valiosos, los dientes en el pico del piolet. Los dientes profundos proporcionan un agarre adicional para el anclaje en la nieve dura o en el hielo.

La pala del piolet se utiliza para tallar peldaños sobre la nieve dura. Otra función importante, aunque pasiva, de la pala es el servir como plataforma para la palma de la mano cuando se aguanta el piolet en un agarre de autoaseguramiento durante una escalada sobre nieve.

El martillo del piolet se utiliza principalmente para clavar los tornillos de nieve en las cascadas y pasos difíciles para asegurar a la cordada.

EL MANGO

Hoy en día, lo más común son los mangos de metal (aluminio, titanio, etc.), aunque también se pueden adquirir mangos de madera o de plástico reforzado con fibra de vidrio o carbono. La resistencia del mango es sobre todo importante en los aseguramientos del piolet donde, por lo general, cuanto más resistente sea el mango, más seguro será el aseguramiento.

LA PUNTA (Regatón)

La punta, uno de los elementos clave del piolet en las funciones de equilibrio y autoaseguramiento, debe mantenerse afilada. La punta de los piolets con mango de metal suele estar soldada o embutida al mango.

Longitud del piolet

La longitud del piolet esta sujeta a la interpretación de cada persona y para su uso particular. La longitud óptima del piolet puede determinarse más por el ángulo de la pendiente que por la altura del escalador.

Piolets entre 65 y 75 cm son los mejores para las situaciones alpinas más comunes. Piolets de 40 cm son para escalada técnica.

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Lazo de nieve o anilla corredera

El lazo de muñeca o dragona es una pieza de perlón o de cinta de diferentes tamaños que pueden utilizarse para atar el piolet al escalador cuando sea necesario. Un debate se ha mantenido en lo concerniente a la longitud del lazo: algunos escaladores aseguran que el lazo de muñeca tradicional corto, atado al piolet con una anilla deslizante es adecuado para recorridos básicos sobre nieve y glaciares, es fácil de utilizar. Los otros son partidarios de un lazo que tenga aproximadamente la misma longitud que el piolet, atados al agujero del mosquetón.

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El transporte del piolet[editar | editar código]

En los camino de aproximación, en las excursiones, durante una escalada sobre roca o en cualquier otra situación donde no se necesite un piolet, resulta preferible atarlo a la mochila mediante una cinta especial para tal uso. Es prudente recubrir por lo menos el pico y la pala con una protección de goma o piel.

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En los terrenos no técnicos es preferible llevar el piolet con el mango paralelo al suelo, la punta hacia adelante y el pico hacia abajo para reducir el posible daño a un compañero que, inesperadamente, choca contra el piolet o se cae sobre él desde detrás (Fig. 1). Cuando el recorrido se alterna entre nieve y terreno con arbustos y rocas, haciendo el uso periódico de las dos manos, el piolet debe llevarse metido en la mochila en diagonal entre los tirantes de la mochila y la espalda, con la punta hacia abajo y el pico hacia afuera, bien colocado y fuera del cuello (Fig. 2). Este método funciona bien para recorridos cortos, pues permite sacar o poner el piolet con rapidez.

Cuidado del piolet[editar | editar código]

Los piolets con mango de metal no requieren ningún tipo especial de cuidado o tratamiento, los de mango de madera necesitan protección.

Los piolet con mango de acero deben colgarse por la cabeza o dejarse planos para evitar que el mango se tuerza. Controle el pico, la pala y el regatón con regularidad. Si el piolet debe ser afilado, utilice una lima de mango pequeña.

Los crampones[editar | editar código]

Las botas de suela de caucho actuales son muy satisfactorias para andar por los caminos, por la roca y para escalada sobre nieve en general, pero ya son menos útiles sobre la nieve dura y pendientes heladas. Los primeros escaladores usaban botas con clavos con lo cual podían andar avanzar en la nieve resbaladiza y sobre hielo; sin embargo en 1908 se produjo la creación de los primeros crampones de 10 puntas. Los crampones demostraron ser una eficaz ayuda en la escalada que podía suprimir el esfuerzo de tener que tallar peldaños y hacia posible el moverse con rapidez y seguridad.

El modelo de los crampones[editar | editar código]

La mayoría de ellos están hechos con acero de cromo molibdeno, una aleación extremadamente fuerte, que requiere menos grueso y tiene como resultado unos crampones más ligeros. El primer modelo de crampones con 10 puntas ha sido eclipsado al añadirse 2 puntas anteriores inclinadas, creando así el crampón de 12 puntas. Se fabricó por primera vez en la década de los años 30, este modelo elimina la necesidad de los peldaños y permite la técnica de puntas delanteras en las pendientes de nieve o hielo muy fuertes. Una elección principal en el modelo de crampones es la opción entre los crampones rígidos o articulados (semi-rígidos). Los rígidos son utensilios especializados para escalada técnica sobre hielo. Los articulados o semi-rígidos son perfectamente adecuados y seguros para el uso del montañero medio en todo tipo de montañas. Resulta esencial que los crampones se ajusten adecuadamente. Los bordes de unión a los lados yola parte posterior deben ajustarse bien a la bota. Los crampones son en su mayoría regulables y por lo tanto pueden adaptarse a diferentes medidas de botas.

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La sujeción de los crampones[editar | editar código]

Debe ponerse especial cuidado en asegurarse de que los crampones una vez sujetos con la correa a las botas, permanecen en su sitio hasta que el escalador decida quitárselos. La seguridad del atado de los crampones tiene que ver tanto con el modo en que están atados a la bota como con la naturaleza del material para atarlos. Una cinta de hebilla de nylón recubierto con neopreno es lo más indicado, puesto que es resistente, no absorbe agua, no da de sí y puede pasarse con facilidad de un par de crampones a otro.

Al ajustar los crampones, las hebillas deben estar colocadas hacia fuera de las botas, para reducir la posibilidad de engancharse una hebilla con otra mientras se anda. El sistema más común de atado utiliza 2 cintas independientes, una conectada a las 4 anillas de unión delanteras y la otra se ata alrededor del tobillo desde las 2 anillas de unión traseras.

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En estos momentos existen en el mercado botas de plástico y de montaña con ranuras en la parte delantera como en la trasera para ajustarse con crampones automáticos o semiautomáticos. Los de correa son más sencillos y útiles para cualquier tipo de bota.

Practique el sistema de atado, puesto que los crampones deben a menudo ponerse en la oscuridad sólo con el tacto y casi siempre con los dedos fríos y entumecidos.

Conservación de los crampones[editar | editar código]

La conservación de los crampones requiere mucho cuidado. Al igual que con el piolet, mantenga las puntas afiladas; para afilarlas es preferible utilizar una lima de mano. Muchas de las rutas de nieve y hielo llevan inevitablemente consigo secciones de roca. Las puntas que están mal colocadas no deben ser golpeadas con un martillo, sino que deben ser enderezadas por un experto en el trabajo con metales. De igual modo, se deben controlar las cintas de los crampones antes de cada uso repasando posibles rozaduras o destrozos y, en los crampones regulables, debe controlarse si todos los tornillos y tuercas están bien apretados. Si se protege la parte inferior del crampón con cinta de plástico, con una capa de tejido de nylón o de una suela de plástico se evitarán los problemas causados por la nieve que puede pegarse entre las puntas, formando bolas o zuecos. Cuando se llevan crampones, hay que tener mucho cuidado en cada paso, para evitar tropezar con los pantalones, rajarse las piernas o pisar las cuerdas. Cuando lleve los crampones en la mochila recubra las puntas para evitar heridas durante una caída o las heridas a otro miembro del grupo que caiga sobre la mochila. La solución son los protectores de goma.

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Los banderines[editar | editar código]

Los banderines se utilizan para marcar la ruta en la nieve y en los glaciares, su tamaño es cuestión de gustos. Sin embargo, los banderines de menos de 75 cm de longitud tienen una altura muy baja para proporcionar una buena visibilidad en la mayoría de las condiciones de nieve y los de más de 1'20 m causan problemas a la hora de cargarlos.

Recorrido sobre la nieve[editar | editar código]

El montañero aprende rápidamente que, bajo buenas condiciones, el recorrido sobre la nieve, a menudo, mucho más fácil y más bonito que un camino normal de montaña; no es necesario saltar sobre las piedras, ni seguir necesariamente las señales en los caminos, ni ajustarse constantemente a los pequeños cambios en la pendiente del suelo.

El ritmo en la nieve: el paso de descanso[editar | editar código]

En las largas pendientes de nieve, el sentido de aventura se ve perjudicado por la sensación fustrante de que no se progresa en absoluto. El mirar hacia adelante y ver los cientos de metros que quedan por escalar, hace que los principiantes adopten un ritmo de avance precipitado, intentando llegar a toda prisa hacia su objetivo. Con el paso del tiempo, las paradas de recuperación se hacen cada vez más frecuentes y los principiantes empiezan a preguntarse cómo y por qué se metieron en esta locura. El único modo seguro de llegar hasta la cumbre es encontrar un ritmo apropiado que pueda ser mantenido y mantenerlo. La solución es el paso de descanso, ritmo lento y persistente del montañero sobre la nieve. El peso del cuerpo es mantenido por la pierna posterior, mientras se relajan los músculos de la pierna delantera que no lleva peso alguno. La pierna que soporta el peso debe estar recta con la rodilla tiesa, de modo que sean los huesos, y no los músculos los que soporten el peso. Cuando el aire esté enrarecido son los pulmones los que necesitan una pausa. En altitudes inferiores son los músculos de las piernas los que necesitan más tiempo para acumular energía. La nieve es un medio ideal para esta clase de avance, puesto que las condiciones pueden no cambiar durante largos tramos y facilitar así un esfuerzo muy regular; sin embargo, siempre se debe estar preparado por si llegan a presentarse dificultades.

Tallar peldaños a puntapiés[editar | editar código]

Según lo dura e inclinada que sea la superficie, el montañero necesitará una variedad de técnicas para avanzar sobre la nieve. Un concepto básico para el avance sobre la nieve es tallar peldaños a puntapiés creando una senda de peldaños en la nieve - para proporcionar un mejor camino al grupo, con un mínimo de desgaste de energía. Se avanza empujando las piernas dentro de la superficie de la nieve, haciendo que el peso y el ímpetu de la pierna proporcione casi toda la fuerza, esforzando un mínimo los músculos. En la nieve blanda y moderadamente blanda, los puntapiés serán suficientes para tallar peldaños adecuados. Cuanto más dura sea la nieve, más esfuerzo muscular se necesitará. Asimismo puede resultar necesario que el primero dé pasos más cortos, si los siguientes tienen las piernas más cortas que él. En la nieve compacta, el golpe debe ser algo bajo, adentrando la punta del pie y profundizando el peldaño. En la nieve muy blanda, es normalmente más fácil bajar la bota desde arriba, cortando una capa de nieve que fortalece el peldaño. Un principio básico de todos los avances sobre nieve es que los grupos avances en una sola fila mientras ascienden, dejando que un solo hombre haga cada vez el trabajo duro. El esfuerzo físico del que marca la huella sobre la nieve es mayor que el de cualquier otro miembro del grupo. Se debe cambiar con regularidad la posición del primero, para que no sea siempre la misma persona la que vaya al frente, con el consiguiente agotamiento.

Esquí de montaña[editar | editar código]

Para largas marchas sobre la nieve, modernamente es aceptado en todas partes como mucho más interesante el uso de los esquís que al andar hundiéndose o el empleo de las viejas raquetas americanas de nieve. El montañero europeo moderno ha aprendido el uso de los esquís y ello le ha facilitado como fin una nueva actividad en la montaña: el esquí de montaña llamado también esquí de travesía. Para hacer ascensiones y travesías en terrenos muy recubiertos de nieve es imprescindible el uso del esquí. En las subidas, los esquís debidamente acondicionados con pieles de foca, no resbalan hacia atrás y no se hunden en la nieve; así, se puede avanzar cuesta arriba durante muchas horas a un paso cadencioso y muy regular, yola hora del descenso, los esquís convierten en una rápida maravilla lo que sin ellos podría ser una bajada lenta, molesta y fatigosa sobre nieve profunda. Las tablas empleadas para esquí de montaña suelen ser algo más rígidas que las de descenso normal sobre pista; son ligeras y con cantos muy vivos, siempre bien afilados. La fijación debe ser de modelo especial que permita levantar el talón de la bota en las subidas. Para que los esquís no retrocedan en la subida se les aplica en la base las pieles de foca, que son unas tiras adhesivas antideslizantes en un solo sentido. Los bastones empleados suelen ser algo más largos que los normales o bien de longitud graduable. Las botas también son distintas que las de esquí normales, ya que deben permitir, mediante unos ganchos graduables, poder hacer juego con el tobillo durante las marchas hacia arriba y en las ineludibles marchas a pie.

Los "couloirs" de nieve[editar | editar código]

Tanto en un glaciar como subiendo una pared rocosa las canales de nieve y hielo suelen ser la clave del paso, pues tienen un ángulo conjunto menor, desde la parte inferior hasta la cumbre, que los acantilados que abren. Las canales con mucha sombra están más a menudo recubiertas de hielo que de nieve, sobre todo bien entrada la temporada. Sin embargo, incluso en la primavera, cuando todas las laderas abiertas siguen teniendo nieve derritida, suelen tener nieve dura o hielo de las heladas o avalanchas. Estas canales cubiertas de nieve se denominan con la palabra francesa "couloir".

Atravesar con seguridad un "couloir" depende normalmente de la hora del día. Los "couloir" son los vertederos de basura de las montañas...

Los "couloirs" se vuelven cada vez más peligrosos a medida que se asciende, presentan problemas tales como pendientes extremadamente duras, capas finas de hielo, fosos, escombros sembrados sobre bloques suaves de rocas y cornisas. Muchos conducen a lugares sin salida, compensando así el ángulo suave de la parte inferior con una culminación en una chimenea glacial. Esta regla no es de ningún modo invariable, aunque, cuando el "couloirs" acaba en un cuello, puede ofrecer un promedio de ángulo menor que la cara.

A pesar de los aspectos negativos, muchas de las rutas de nieve y hielo siguen los "couloirs". Por lo general, se utilizan las técnicas de crampones y tallado de peldaños, aunque las grietas de glaciares, los fosos y los hoyos de solo los bloques de rocas desprendidas y hielo, hacen que las técnicas de escalada sobre roca sean más útiles. Algunas de estas irregularidades son bien acogidas a causa de su posibilidad de aseguramiento.

Cuando el lecho de una canal es intransigentemente escarpada, suele resultar más seguro avanzar a rastras en los fosos o "rimaya" a lo largo de un lado de la canal.

Las crestas, aristas o contrafuertes[editar | editar código]

Las rutas a lo largo de las crestas tienen la ventaja de estar libres de desprendimientos de rocas y de los peligros de las avalanchas, pero tienen la desventaja de que están expuestas al viento y a las condiciones climatológicas.

En las regiones con nevadas moderadas o fuertes, las crestas suelen ser la única solución prudente cuando la subida es larga. El encontrar la ruta resulta menos difícil que en otras áreas de la montaña y por lo general en una arista se puede retroceder con seguridad. Las rutas de cresta son menos sensibles que las otras rutas en lo que concierne a la hora del día en que se piensa escalar; ordinariamente, no están amenazadas por las avalanchas o las caídas de piedras resultantes de la luz del mediodía y del calor. El peligro más significativo con el que se encuentra un escalador que elige la ruta de cresta es la cornisa.

Cornisas[editar | editar código]

La forma de las cresta determina la extensión de la construcción de la cornisa. A menudo, las crestas que de un lado bajan en pendiente y del otro se rompen en un acantilado abrupto, desarrollan cornisas gigantescas, mientras que una cresta de filo o una suave en ambos lados tiene tan sólo una cornisa fina, si es que tiene una. Cuando las características físicas son ideales para la formación de una cornisa, la dirección del viento decidirá su localización exacta (Fig 3) y, puesto que los vientos tienen patrones definidos en cada montaña, la mayoría de las cornisas en la misma área están colocadas en la misma dirección.

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Debe recordarse que una desviación temporal o local del viento puede contradecir el patrón general. En algunos casos raros, las cornisas están incluso construidas una encima de la otra, mirando en direcciones opuestas, la cornisa inferior está parcialmente destruida y ocultada por formaciones posteriores.

Aproximaciones siguiendo la dirección del viento[editar | editar código]

Por el lado donde sopla el viento, una cornisa concede poca indicación de su presencia y se aparece como una pendiente suave que corre hacia el cielo. No todas las crestas nevadas esconden una cornisa, pero se debe poner gran cuidado en averiguar cuáles de ellas forman cornisas y cuales no. Para cubrir un margen de seguridad suficiente, el grupo debe andar a lo largo de la cresta de cornisa muy por delante de la probable línea de fractura, que en ocasiones resulta difícil de determinar, pues la línea de fractura puede extenderse 10m ó más partiendo del labio de la cornisa.

Aproximación a contra viento[editar | editar código]

Llevando el viento de cara, la cornisa es en seguida aparente, se parece a una ola que se ha congelado al romperse. Las cornisas, avanzada la estación, ya están casi completamente rotas y no se necesitan tomar muchas precauciones, pero se debe elegir con cuidado la ruta de aproximación, manteniéndose todo lo posible entre los árboles o a lo largo de las crestas de espolones, lejos de la línea de caída. Abrirse camino a través de una cornisa sana, es una tarea que tan sólo debe emprenderse si se juzga que la estructura es fuerte y sólida.

Descenso en la nieve[editar | editar código]

La ruta de descenso es, algunas veces, completamente diferente que la ruta de ascenso. Por la tarde puede que la ruta de ascenso esté tan sujeta al peligro de avalanchas que resulte mejor elegir un camino escarpado o tortuoso sobre la roca.

Escalada sobre nieve[editar | editar código]

La nieve y el hielo, como medios de escalada, se entremezclan y las definiciones que hacen distinción entre ambos deben ser arbitrarias. Sin embargo, para los escaladores existen dos características críticas que distinguen la nieve del hielo. En primer lugar, muchas formas de nieve permiten tallar peldaños con los pies, aunque los crampones resulten a menudo útiles, sobre la nieve o el hielo firme que se encuentra por debajo del peldaño; el hielo, salvo en ángulos muy bajos, requiere el uso de crampones para conseguir un agarre seguro. En segundo lugar, incluso la nieve más dura, aunque se escale con crampones y con técnicas para la escalada sobre hielo, no existe una protección tan segura como la que puede conseguir un escalador sobre hielo.

La técnica de escalada[editar | editar código]

La habilidad en la escalada sobre nieve incluye una variedad de técnicas para el ascenso, avance lateral y descenso, entre las que se encuentran la utilización de los crampones y el tallado de peldaños. Suponiendo que el escalador sepa utilizar estas técnicas, los factores más importantes a la hora de determinar cuál de ellas se debe utilizar, son la dureza y lo escarpado de la nieve.

El ascenso[editar | editar código]

El tallar peldaños con los pies es la técnica básica de la escalada sobre nieve y es todo lo que se necesita cuando la nieve es lo bastante blanda para que el escalador avance sin la ayuda de los crampones o la necesidad de tallar peldaños con el piolet. La principal preocupación a la hora de tallar peldaños con los pies es el poder hacerlo con un gasto mínimo de energía. El puntapié más eficaz se consigue moviendo la pierna y buscando el impacto necesario por medio de su peso e ímpetu, con un mínimo esfuerzo muscular. En la nieve blanda, estos puntapiés son suficientes, pero en la nieve más dura se requerirá un mayor esfuerzo muscular.

Los peldaños planos o algo inclinados dentro de la pendiente proporcionan más seguridad. Cuanto más estrecho sean los peldaños más importante resultara que estén inclinados hacia dentro. Marcando huella con los pies en la nieve dura se conseguirán peldaños menos seguros. En qué consiste un peldaño seguro varía según la habilidad del escalador, la experiencia y resistencia y otros factores tales como el peso de la mochila, la altitud, el viento, el frío y el cansancio. El escalador medio necesitará peldaños que sean lo suficientemente profundos para adaptar a ellos la parte redonda del pie cuando se sube derecho hacia arriba y por lo menos la mitad del pie en ascensos diagonales. El modo de colocar el pie y de utilizar el piolet en el tallado de peldaños se determina según el ángulo de la pendiente y la dirección de avance. Las pendientes de ángulo bajo hasta moderado (de 30 a 35 grados) se escalan con el piolet en la posición de un bastón, aguantándolo, por ejemplo, con una mano por la cabeza y utilizándolo como punto de equilibrio; los peldaños se tallan derechos (Fig. 4). Si la pendiente se hace más fuerte. el escalador sigue andando normalmente tallando con los pies peldaños rectos en la pendiente y siguiendo el desnivel, en línea recta.

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Piolet en posición de bastón; los peldaños se marcan derechos con la punta de la bota

En las pendientes más fuertes aún - de más de 45 grados - se puede obtener más seguridad colocando el piolet en posición de estaca (Figura). El mango del piolet se coloca por encima del escalador y se aguanta por la cabeza con ambas manos o con una mano en la cabeza y otra en el mango y se introduce a fondo todo lo posible. Esto resulta particularmente útil en pendientes muy inclinadas de nieve blanda.

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Piolet en posición de estaca

Aguantar el piolet como muestra la Figura y colocarlo encima y en un ángulo recto respecto al escalador resulta eficaz en pendientes muy inclinadas de nieve dura que está recubierta con una capa blanda; el pico alcanza la base más dura, mientras que el mango consigue un agarre firme en la superficie de nieve más blanda.

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Técnica de piolet para pendiente fuerte de nieve dura

Cuando se asciende en diagonal por pendientes moderadas, el escalador coloca el piolet por encima y en frente (Figura), empotrar sus pies en la nieve, apuntando hacia la dirección de marcha y se mueve unos dos pasos antes de volver a colocar el piolet. El primer peldaño coloca al escalador fuera de equilibrio pero, el segundo peldaño le hace recobrar el equilibrio. El escalador que avanza en diagonal sobre una pendiente está en equilibrio cuando su pie interior - el pie que esté más cerca del monte - está delante y por encima de su pie exterior. El escalador está fuera de equilibrio después de mover el pie exterior hacia arriba y delante del pie interior. La regla es que, cuanto más pronunciada sea la pendiente, menor será la línea diagonal que se siga.

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El seguir una línea de ascenso en diagonal requiere cambios de dirección, que se harán de la siguiente manera (Figura): en primer lugar, mientras está en posición de equilibrio, el escalador coloca el piolet justo por encima, lo más cerca que lo permita su postura; a continuación mueve el pie inferior en la posición fuera de equilibrio, aguantando con las dos manos la cabeza del piolet. Entonces, aguantándose al piolet con las dos manos, se mueve en una posición de cara a la pendiente con los pies extendidos y finalmente gira en la nueva dirección prevista, en la posición de equilibrio, aguantando el piolet con la mano superior.

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Ejecución de un giro en un ascenso diagonal

Si utiliza el piolet en "posición bastón" empieza a resultar difícil en las pendientes de más de 40-45 grados, esté se puede utilizar colocándolo en "posición escoba", en diagonal sobre el cuerpo (Figura): se mantiene el piolet perpendicularmente a la pendiente, con una mano en la cabeza, y el pico apuntando en la dirección del movimiento, la otra mano agarra el mango justo por encima del regatón. La mayoría de peso colocado sobre el piolet recaerá sobre el mango; la mano colocada en la cabeza del piolet no hace más que estabilizarlo.

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En muchas situaciones, la velocidad es una consideración principal en una escalada larga sobre nieve; las preocupaciones sobre el clima, las avalanchas, los desprendimientos de hielo o rocas, las condiciones inadecuadas para un vivac o una ruta de descenso difícil o larga exigen un ascenso rápido y directo. Pero cuando la velocidad no es tan importante, la mayoría de los escaladores prefieren seguir un camino desigual sobre pendientes moderadas, siguiendo el razonamiento de que con pasos más cortos se conserva energía y se consigue ganar altura de la misma manera que con un ascenso directo.

La validez de este argumento varía probablemente según las condiciones. En la nieve donde se tallan peldaños con los pies, se ahorra energía mediante los pasos más cortos, tallando peldaños adicionales. En condiciones marginales, muchos escaladores aseguran que se trabaja más utilizando peldaños laterales que utilizando peldaños rectos. Si el escalador se encuentra con nieve más dura, se pueden tallar peldaños marginales, que se utilizan como las presas de superficie en la roca. Los crampones proporcionan una seguridad adicional bajo estas condiciones. En la nieve donde ya no es posible tallar peldaños seguros con los pies, es necesario utilizar crampones o tallar peldaños con el piolet.

Avance lateral[editar | editar código]

En las pendientes suaves de nieve blanda, los avances laterales se efectúan excavando lateralmente. En la nieve más dura o en las pendientes más fuertes, esto puede resultar poco seguro y peligroso; bajo estas condiciones, es mejor ponerse de cara a la pendiente, empotrando la punta de la bota dentro de la pendiente. Si es posible, debe evitarse los avances laterales horizontales largos, que son menos eficaces que la línea de ascenso en diagonal.

El descenso[editar | editar código]

La habilidad para descender con eficacia y seguridad por pendientes de nieve de todas las inclinaciones es uno de los distintivos del escalador hábil sobre la nieve. Además de la enorme visión de la exposición, existe la desventaja de que, en la nieve muy inclinada, el piolet debe colocarse bajo para descender, dejando al escalador sin presa de mano superior, como cuando asciende.

Abrir huella a grandes zancadas[editar | editar código]

En el descenso la elección de la técnica se determina en primer lugar según la dureza de la nieve y su ángulo. En la nieve blanda, el escalador suele bajar mirando al valle y simplemente anda hacia abajo. Cuando la nieve es más dura y el ángulo más fuerte, se forman los peldaños marchando con decisión, de cara hacia fuera, acelerando el paso y con las piernas enderezadas clavando el talón.

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Descenso tallando peldaños con un fuerte taconazo

Con estas zancadas dinámicas se consiguen los peldaños muy profundos, pero en la nieve muy blanda se necesita prudencia; puede suceder que se empotre la pierna dentro de la nieve y a continuación adelantarla, fracturándose de este modo un hueso o dañándose la rodilla. Cuando se hacen peldaños bajando a saltos en la nieve menos dura, el escalador mantiene el piolet en una mano, utilizando el agarre de autodetención. Llegado un cierto punto, en la nieve más inclinada y dura, está técnica no resultará lo bastante segura y será necesario fijar el piolet lo más bajo posible en un autoaseguramiento y a continuación mover los pies (Figura). El avance mediante grandes zancadas puede ser seguro con peldaños que tan sólo mantengan el talón de la bota, pero son muchos los escaladores que no confían en los escalones menos profundos que éstos.

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Descenso plantando el piolet por debajo para autoaseguramiento

Sobre nieve más dura y derecha, o en cualquier lugar donde el escalador se sienta inseguro andando hacia abajo o saltando, es mejor ponerse cara al monte, hacer los pasos lo más largos posibles y mantener el piolet en la posición de bastón, de apoyo o de escoba, según sea conveniente para el ángulo de la pendiente, la dureza de la nieve, y la habilidad del escalador.

Descensos en "remasse"

Para aquellos que lo dominen, el deslizarse puede ser el modo más rápido, fácil y sin dura el más estimulante de descender muchas pendientes de nieve. Aquí también, la dureza de la nieve es el principal determinante de la técnica que se va a utilizar; la inclinación de la pendiente y la seguridad de poder salir airoso en caso de caída, son asimismo consideraciones importantes.

El deslizamiento sentado (Figura) es el método más fácil y es eficaz en la nieve blanda, donde resulta imposible deslizarse sobre los pies. El escalador se sienta simplemente sobre la nieve y se desliza, aguantando el piolet en posición de "remasse". Cualquier tendencia del cuerpo a girar cabeza abajo debe dominarse haciendo presión con la punta del piolet, como si fuera un timón de dirección, a lo largo de la superficie de la nieve, a un lado del cuerpo.

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Deslizamiento sentado

En la nieve blanda, puede ser útil estirar las piernas, repartiendo el peso del cuerpo sobre un área grande, para poder seguir deslizándose y para mantener el ímpetu. Alzar las rodillas y colocar los pies planos sobre la superficie reduce la velocidad. En la posición de deslizamiento sentado, se reduce la velocidad rozando con la punta de las botas e incrementando la presión sobre éstas. Una vez que haya reducido el ímpetu por medio de la punta, se empuja los talones en la superficie para conseguir la parada final; esto no debe hacerse mientras se desliza a gran velocidad, pues el resultado sería una voltereta. Las paradas de emergencia a alta velocidad se hacen por medio del piolet en "remasse".

Es mucho más conveniente descender en posición "remasse" de pie que permite al escalador ver más de lo que tiene delante y le proporciona también más posibilidades de localizar los peligros a tiempo para pararse o desviarse; esta técnica permite dirigirse con eficacia, incluyendo las líneas de descenso diagonales, y evita que la ropa se moje o desgaste. Pero resulta difícil aprenderla. La superficie ideal para bajar en "remasse" de pie es una base firme recubierta con una capa más blanda. En nieves duras puede resultar peligroso si no se domina bien la técnica. La técnica correcta para deslizarse en "remasse" de pie es muy similar a la técnica de esquí. La posición consiste en estar medio agachado sobre los pies con las rodillas dobladas y los brazos alargados (Figura). Los pies pueden estar juntos o separados, según sea necesario, para la estabilidad; uno de los pies irá un poco más adelantado para mejorar la estabilidad y para evitar una caída. La velocidad se incrementa juntando más los pies e inclinándose hacia delante, sobre los pies. Para disminuir la velocidad y frenar, se adopta una postura erguida y se empuja los talones en el suelo, mientras se abren los pies hacia un lado y se bordea agachando y empotrando la punta del piolet o bien efectuando un giro similar al de los esquís: girar los hombros, la parte superior del cuerpo y las rodillas en la dirección del giro y mover las rodillas y los tobillos en la misma dirección para balancear los pies sobre el canto de las botas. En las pendientes que se acerquen al límite de su habilidad, el escalador deberá mantener la velocidad bajo un control estricto, frenando con regularidad y avanzando lateralmente.

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Deslizamiento vertical - Deslizamiento agachado en "remasse

El deslizamiento agachado se efectúa casi del mismo modo que el deslizamiento de sentado; la diferencia consiste en que el escalador mantiene el piolet en la posición "remasse", a un lado del cuerpo, se sienta hacia atrás y empotra el regatón en la nieve. La velocidad es menor que con un desplazamiento vertical, lo cual es útil cuando la habilidad del escalador o las condiciones de la pendiente hacen necesario tener una menor velocidad. El deslizamiento agachado es más estable y requiere menos habilidad que el desplazamiento vertical gracias a sus tres puntos de contacto; sin embargo, el girar es más difícil, así como el controlar la velocidad canteando las botas. Repetimos que el "remasse" es peligroso si no se toman precauciones: Deslícese tan sólo cuando tenga una salida segura. Salvo cuando se puede obtener una vista completa de todo el recorrido antes de deslizarse, el primero en bajar deberá poner mucha precaución y pararse con frecuencia para estudiar el camino que tiene por delante. El mayor riesgo durante un deslizamiento es perder el control a una velocidad tan alta que haga imposible la autodetención. Ajuste el equipo antes de iniciar el descenso y coloque los crampones y otros elementos dentro de la mochila. Nunca intente eiecutar un deslizamiento mientras lleva los crampones puestos: es demasiado fácil engancharse en la nieve. Póngase los guantes: la nieve es tan fría y abrasiva que puede helar y desollar las manos hasta que éstas pierdan el control del piolet.

Algunas veces en la nieve blanda, el escalador puede iniciar un movimiento de la masa de nieve en la superficie que acompaña al escalador cuesta abajo. Estas son, en realidad, pequeñas avalanchas, denominadas cojines de avalancha. Si la capa de nieve que se mueve tiene una profundidad de más de 15 ó + cm , resulta inútil intentar autodetenerse puesto que el pico del piolet no podrá penetrar hasta la capa inmóvil que se halla más profunda. Salvo cuando se está completamente seguro que el desprendimiento de nieve no se convertirá en avalancha, y que se puede controlar la velocidad, es preferible que el escalador salga de la nieve y descienda por la roca, posiblemente más despacio, pero también más seguro.

Seguridad en la nieve[editar | editar código]

La primera precaución del escalador sobre la nieve es evitar que un resbalón se convierta en un deslizamiento pendiente abajo. La técnica utilizada para este fin se llama autoaseguramiento. La autodetención con el piolet en "remasse" es el método más eficaz para detener un resbalón en la nieve, aunque su eficacia varía mucho según las condiciones de la nieve y la habilidad del escalador. Estas 2 técnicas permiten, en la mayoría de las condiciones de la nieve y del terreno, que la escalada prosiga con rapidez y seguridad. Los escaladores experimentados sobre nieve conocen las limitaciones de ambos métodos gracias a la práctica y, durante la escalada, saben reconocer las condiciones que requieren más seguridad. Pueden escalar encordados, pues los aseguramientos con anclaje y los aseguramientos con piolet y bota son siempre útiles donde se necesita toda seguridad posible.

Autoaseguramiento[editar | editar código]

El termino autoaseguramiento, que es como utilizaremos en este capítulo, implica el colocar el mango del piolet en la nieve antes de una caída, para evitar que un simple resbalón o tropezón se convierta en una caída a lo largo de la pendiente. El mango del piolet se coloca mientras los pies están seguros y se mueve tan sólo cuando se han avanzado ambos pies y se encuentran de nuevo en la posición más segura posible. Utilizando de esta manera, en el ascenso, en el descenso y en la travesía, el piolet es aprovechable como presa de mano durante los momentos más expuestos a una caída, como por ejemplo, cuando se mueven los pies. Para que un autoaseguramiento sea seguro, el mango debe colocarse con bastante profundidad y en nieve bien firme para que pueda soportar el peso del escalador en caso necesario. Cuanto menos seguro se sienta el escalador, más importante resulta utilizar el piolet como autoaseguramiento.

La clave de un autoaseguramiento logrado, cuando el escalador se cae, es colgarse del piolet sobre la superficie de nieve. Si el mango del piolet no está completamente dentro de la nieve, aguántelo con una mano justo por encima de la superficie de la nieve, mientras que, con la otra mano, se aguanta la cabeza para reducir el riesgo de que se arranque el piolet de su emplazamiento. Esta técnica, como cualquier otra, requiere práctica, que se puede conseguir repitiendo subidas y bajadas en pendientes de nieve dura con deslizamiento seguro.

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El modo de agarrar el piolet con la mano para un autoaseguramiento es distinto del que se utiliza para una autodetención: en la Figura pueden contemplar ambos métodos. La mejor penetración del piolet sobre todo en la nieve dura, se obtiene aguantando el piolet por la pala con el pico apuntando hacia adelante, de modo que la fuerza del golpe se distribuya sobre toda la cabeza.

Sin duda resulta posible conseguir un autoaseguramiento firme aguantando el piolet en la posición de autodetención.

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Izquierda: Agarre de autoaseguramiento - Derecha: Agarre de autodetención

La vida del escalador y la de los miembros de la cordada pueden depender de la habilidad en la autodetención. Todo escalador debe ser hábil y estar seguro en la autodetención, desde todas las posiciones, y debe practicarla en nieve dura y cada vez más derecha con una salida segura, para así poder determinar sus propios límites.

Posición de autodetención

  1. Una mano sobre la cabeza del piolet con el pulgar debajo de la pala y los dedos sobre el pico; la otra mano en el mango junto por encima del regatón.
  1. El pico se introduce dentro de la pendiente justo por encima del hombro, de modo que la pala esté cerca del ángulo formado por el cuello y el hombro; el mango atraviesa el pecho en diagonal y se aguanta firmemente cerca de la cadera opuesta. Los piolets cortos se aguantan en la misma posición, aunque la punta no alcanzará la cadera opuesta.
  1. El pecho y el hombro presionan con fuerza contra el mango; la columna vertebral está un poco arqueada, alejada de la superficie de la nieve. El arquear la espalda es un punto crítico: coloca el volumen del peso del escalador sobre la cabeza del piolet y sobre la punta de los pies (o sobre las rodillas), los puntos que se empotran dentro de la nieve para conseguir detenerse. Este arqueamiento se consigue mejor concentrándose en empujar el extremo del mango, lo cual resulta más difícil con un piolet más corto. Empujando se consigue el arqueamiento y se traspasa el peso hacia el hombro por la cabeza del piolet.
  1. Las piernas rectas y separadas, la punta de los pies empotrada (si lleva crampones, mantenga la punta de los pies por encima de la superficie hasta que haya frenado por completo).
  1. Cuélguese del piolet.
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Autodetención

Al agarrar firmemente la cabeza del piolet mantenga el pico cerca del hombro y del cuello. La otra mano debe estar cerca del extremo del mango, para que la mano no haga de eje alrededor del cual la punta pueda empezar a girar dentro del muslo, con peligro de herirse. Las piernas rectas y separadas y las puntas de los pies empotradas aumentan el agarre y añaden estabilidad, sobre todo en la nieve blanda. Durante la detención en la nieve dura o en el hielo, donde se llevan crampones, los pies deben mantenerse separados de la pendiente hasta que se haya reducido la velocidad, de modo que la punta de los crampones no puedan clavarse y hacer caer al escalador de espaldas. Las rodillas ayudan al escalador a estabilizarse, pero no le frenan sobre nieve dura o el hielo, sobre todo si lleva sobrepantalón de nylon resbaladizo. Una detención descuidada pero rápida puede ser justo lo que se necesita para frenar. Una preocupación excesiva en el lado estético de la detención puede tener como resultado una aplicación más lenta, que permitirá una aceleración en la caída, imposible de controlar por muy perfecta que sea la forma. Lo más importante es empotrar el pico lo más fuerte y rápido posible.

Detención desde diferentes posiciones[editar | editar código]

Lo primero que hay que hacer en cualquier autodetención es agarrar el piolet con ambas manos en la posición de autodetención. A continuación se sitúa el cuerpo para la autodetención, por ejemplo, la cabeza pendiente arriba y de cara a la pendiente. La autodetención más simple es aquella en la cual el escalador se ha caído ya en esta posición. Las caídas en las que el escalador se encuentra con la cabeza colina arriba y de espaldas a la pendiente no son, por lo general, mucho más difíciles; lo único que debe hacer es dejarse resbalar sobre el estómago hacia la cabeza del piolet (Fig. 77). Si la cabeza del piolet está en el hombro derecho, el escalador debe girar hacia la derecha; al girar hacia la izquierda puede empotrar la punta del piolet dentro de la pendiente antes del pico, arrancándole el piolet de las manos.

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Modo equivocado de intentar una autodetención: no gire hacia la punta

Las detenciones de caídas en las cuales la cabeza es la primera en bajar, son más difíciles: el problema está en conseguir girar los pies hacia abajo, para conseguir situarse en la posición correcta para efectuar la autodetención (Figura). El escalador que cae de cabeza y con la cara hacia la pendiente, alcanza el suelo con el piolet del lado donde se encuentra la cabeza y coloca el piolet en posición para que haga de eje alrededor del cual pueda balancear las piernas hacia abajo. Es importante colocar el piolet del lado donde está la cabeza. pues así, gran parte del piolet se balanceará fuera de la senda de caída; colocarlo del lado contrario obligaría a colocar la cabeza del piolet a través de la senda de caída, con el riesgo de resbalar sobre ella y de herirse el pecho y la cara.

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Autodetención desde una caída con la cara contra la nieve y la cabeza hacia abajo

Cuando el escalador se cae cabeza abajo y de espaldas a la pendiente lo primero que debe hacerse es colocar el piolet del lado de la cabeza (Figura), a continuación se balancea y desliza hacia él. El piolet colocado a un lado hace, de nuevo, de eje alrededor del cual, el escalador hace girar sus piernas hacia abajo.

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Autodetención de una caída de espaldas con la cabeza primero

En la autodetención existen 2 puntos importantes. Primero, para efectuar la detención es necesario colocar el peso de la parte superior del cuerpo sobre la cabeza del piolet. Esto puede resultar muy difícil cuando se está de espaldas a la pendiente; el escalador no debe olvidar balancearse y deslizarse hacia la cabeza del piolet. Plantar simplemente el piolet a un lado puede no empotrar suficientemente el pico. Segundo, una vez empotrada la cabeza del piolet, el escalador deberá balancear concienzudamente las piernas alrededor del piolet y apuntar hacia abajo.

Variaciones en la detención[editar | editar código]

En la nieve suelta del invierno y principio de primavera puede que el pico no alcance la nieve compacta y puede que la autodetención corriente sea inútil. Cuando el escalador está casi sumergido, los elementos de frenaje más eficaces son los pies, las rodillas y los codos, todos ellos ampliamente extendidos y presionados en la nieve. En esta situación, el potencial de arrastre más grande del piolet no se encuentra en el pico sino en el mango, empujado verticalmente en la pendiente o arrastrado en la posición de autodetención. Los ejes suelen ser innecesarios, pues la caída se frena a menudo cuando el escalador aún está cabeza abajo. Bajo cualquiera de las condiciones de la nieve, la velocidad con que se alcanza la posición de detención es la clave del éxito. En la nieve blanda, la velocidad reflexiva con que se empuja el pico y la punta de las botas hará que la parada sea rápida. Plantando rápidamente el pico, la punta o incluso el talón de las botas en las pendiente de nieve dura, se puede conseguir frenar una caída antes de que empiece. Por otro lado, la aceleración es tan tremenda que el primer momento de la caída lo es a menudo, porque cuando el cuerpo ya ha caído sobre la nieve dura, el escalador se balancea en el aire y vuelve a caerse sobre la superficie con un impacto enorme, perdiendo completamente el sentido de orientación.

La detención en la nieve muy dura es muy difícil, si no imposible, pero debe siempre aplicarse tanto si se está asegurado como si no. En ocasiones, durante el primer instante de la caída, el pico se empotra en una grieta o detrás de algún mogote y logra efectuar una detención incluso en una pendiente muy fuerte. Como ya mencionamos anteriormente, los crampones deben ser tratados con sumo cuidado durante la autodetención.

Los límites de la detención[editar | editar código]

La detención frena una caída por medio de la fricción del piolet y del cuerpo contra la nieve. Cuando la pendiente es demasiado fuerte o resbaladiza - demasiado rápida - puede que hasta la mejor técnica no sea capaz de frenar el deslizamiento. Por ello la eficacia de la autodetención se ve condicionada por la velocidad de reacción del escalador y la longitud de la pendiente.

Aunque la fuerza es obviamente un factor en la autodetención, la habilidad y los reflejos son más importantes que la simple fuerza muscular. La autodetención es una habilidad complicada que requiere práctica, en particular en caídas con la cabeza hacia abajo.

Si un escalador encuentra que los esfuerzos iniciales en una autodetención son infructuosos, ¡DEBE RESISTIR!. Puede que la nieve más blanda o una inclinación menor un poco más abajo hagan posible una autodetención. Si los esfuerzos para autodetenerse no consiguen frenar totalmente al escalador en una caída, por lo menos pueden disminuir su velocidad y evitar las heridas causadas por las sacudidas, las caídas y los golpes y hará que el escalador se deslice primero con los pies, la posición preferida para chocar con las rocas, los árboles y otros obstáculos. Si el escalador que se desliza está encordado a otros compañeros, el frenar su caída aumentará las posibilidades de que sus compañeros puedan retenerle. Los escaladores deben ser conscientes todo el tiempo de sus límites en la autodetención. Si la pendiente parece ser demasiado rápida o demasiado corta o si el grupo no está seguro de su habilidad o fuerza colectiva, deben moverse uno a uno con toda garantía de aseguraciones.

Los usos del autoaseguramiento y de la autodetención[editar | editar código]

El autoaseguramiento es una medida preventiva, mientras que la autodetención es una medida de recuperación. Si no fuese por el diferente modo de agarre del piolet de estas dos técnicas, quizás no existiría confusión alguna. Algunos escaladores que aprendieron la autodetención como técnica de seguridad principal en la nieve, temen que la importancia que se concede al autoaseguramiento disminuya la de la habilidad en la autodetención, pero, de hecho, la finalidad de estas 2 técnicas es muy diferente y ambas deben aprenderse igualmente bien. Una vez se domine la técnica, puede que, allí donde se pueda empotrar el piolet con seguridad, todo lo que se necesite para evitar una caída sea el autoaseguramiento. El escalador debe fijarse en los cambios de la condición de la nieve que, por muy profundo que se haya empotrado el piolet dentro de la nieve, convierten el emplazamiento del piolet en algo inseguro para frenar un deslizamiento.

Confiar tan sólo en la autodetención sacrifica las ventajas de la prevención por medio del aseguramiento y deja al escalador vulnerable a un resbalón que puede acelerar sus propios límites de autodetención. El escalador debe aprender a cambiar rápidamente el sistema de empuñar el piolet. Si el autoaseguramiento falla, en primer lugar, agarrar el piolet justo por encima del regatón, cambiar a continuación la mano a posición de autodetención y ejecutar la detención. Esto requiere práctica.

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Véase también[editar | editar código]